jueves, abril 14, 2016

ojos grises...

Paseabas  por las esquinas grises de las calles. En cada de una de ellas te detenías por si los ojos de aquel día que no recuerdas se paraban a tus pasos.  Rostros anónimos en condición de rutinas monótonas a través de la mirada. No lo hallabas. Había desaparecido en los cimientos de un espejo del ayer. Pero tú insistías, deseabas que el vuelo de sus ojos se cruzara en alguna de las esquinas. En tu memoria eran  ojos tristes, de un gris marmóreo que difundía las penalidades de este globo. Es abril, la primera luce hoy su traje broncíneo. El equilibrio se muestra en un sol que te acompaña, te da cierto ánimo. Sus ojos, sus ojos no son visibles bajo las esquinas. Te derrumbas. Pero algo dice que lo hallarás en el transitar del tiempo. Ráfagas frías de este mundo enciende las penurias de los huyen, de los que buscan…Alambradas y gases putrefactos hielan la mirada del sueño.  Encerrados en un plano infinito de la oportunidad ausente. Pero sigues, quieres hallar sus ojos, sus ojos grises ajenos de la libertad. Cada esquina se transforma en alas de mariposas, débil, rota. Alas de mariposas de cenizas al encuentro de un viento que las lleve lejos, muy lejos, donde la agonía y lo grotesco no sea la cotidianidad.

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