lunes, octubre 31, 2016

Toca y toca...

Y después que…eso te preguntas constantemente inmersa en la duda. Sí, esto es una ruptura. Raja que después camuflada en el paso de los alientos de las jornadas dirá. Toca y toca….Tus manos envejecidas sobre un piano de espejos donde se refleja cada pena, cada decadencia de tu vida, de nuestras vidas. No…no lo hicimos bien. Solo aquella mirada…mirada mentirosa, mezclada de insensatez y de ciegos sentidos que nos llevo a dormir bajo este techo. Ja…solo el sueño calma la tormenta, solo el letargo interminable en nuestros deseos captura cada zarpazo de la realidad. Dices que tan mal nos ha ido ¿Tú crees? Silencio. Eso somos, silencio, herméticas alas cuyo granizo se cierne a través de nuestra mirada. Sí, lo estaba esperando. Dime adiós. Un adiós perpetuo donde la cicatriz sobre este suelo no nos haga temblar. Siento frío ¿tú no tienes? Nuestros cuerpos exhortan heladas interminables cuando nos rozamos en cada habitación ¡Míralas ya¡ Son cartas de otro amor, de otra ilusión a lo largo de los años que hemos estado juntas. No…no te lo dije, supongo que tú lo sabías. Ya no hay nada. Quien se va tú o yo, yo o tu. Me es indiferente ¡Cansada¡ cansada de verte, de examinar cada movimiento, cada huella olorosa que dejas aquí. No, no puede ser. Ni discutes, no quieres replicarme. Estática, frente a mí, me observas como si no escucharás. Ya sabes lo que hay ¡Qué frágiles somos¡ Por qué esperar. Dime, te lo ruego, adiós. El día ha oscurecido precozmente, lloverá en esta noche de difuntos, de espíritus huidos de sus tumbas en su danza alegre.  Toca y toca…



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