Y después que…eso te preguntas constantemente inmersa en la
duda. Sí, esto es una ruptura. Raja que después camuflada en el paso de los
alientos de las jornadas dirá. Toca y toca….Tus manos envejecidas sobre un
piano de espejos donde se refleja cada pena, cada decadencia de tu vida, de
nuestras vidas. No…no lo hicimos bien. Solo aquella mirada…mirada mentirosa,
mezclada de insensatez y de ciegos sentidos que nos llevo a dormir bajo este
techo. Ja…solo el sueño calma la tormenta, solo el letargo interminable en
nuestros deseos captura cada zarpazo de la realidad. Dices que tan mal nos ha
ido ¿Tú crees? Silencio. Eso somos, silencio, herméticas alas cuyo granizo se
cierne a través de nuestra mirada. Sí, lo estaba esperando. Dime adiós. Un
adiós perpetuo donde la cicatriz sobre este suelo no nos haga temblar. Siento
frío ¿tú no tienes? Nuestros cuerpos exhortan heladas interminables cuando nos
rozamos en cada habitación ¡Míralas ya¡ Son cartas de otro amor, de otra
ilusión a lo largo de los años que hemos estado juntas. No…no te lo dije,
supongo que tú lo sabías. Ya no hay nada. Quien se va tú o yo, yo o tu. Me es
indiferente ¡Cansada¡ cansada de verte, de examinar cada movimiento, cada
huella olorosa que dejas aquí. No, no puede ser. Ni discutes, no quieres
replicarme. Estática, frente a mí, me observas como si no escucharás. Ya sabes
lo que hay ¡Qué frágiles somos¡ Por qué esperar. Dime, te lo ruego, adiós. El
día ha oscurecido precozmente, lloverá en esta noche de difuntos, de espíritus
huidos de sus tumbas en su danza alegre. Toca y toca…
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