miércoles, octubre 26, 2016

Ven...

Ven. Suelta esa melena a las lluvias primerizas de un otoño lamido por la sequedad. Ven. Sube en los sueños sepultados bajo añejas arboledas estáticas, esperando que tus manos desentierren de esas raíces de las que te nutrirás. Ven. No esperes, desenrédate con los retazos de un viento que hace girar y girar en hogueras de la fecundidad de tus deseos. Ven y quédate con el ánimo de pétalos acariciando cada mirada en el infinito ¡El infinito de los instantes¡ Verdaderos, puros, límpidos a espaldas de tus pasos. Ven. El nocturno se hace transparente tras un cielo violáceo donde suena tambores, gaitas, chácaras al ritmo de cuerpos adheridos a la vida. 

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