viernes, marzo 25, 2016

Aprisa...

Aprisa, ángeles caídos bajo los influjos de la lluvia. Intermitentes luces que amparan el desafío de puentes colgantes en la sombra difuminada de tu corazón. Subes, avanzas y en equilibrio medias con las ventiscas de la caída.  Aprisa difundes tus restos en un eviterno grito de ansiosas ganas de llegar. Sí, llegar a ese estado donde alma, donde el ser, se estremece con las palabras de paisajes quebrados. Te entregas a las arboledas, te entregas al fuego que emana de tus carnes cuando el sol se arrincona en ti y a tu manera vuelas y vuelas en latitudes desconocidas. Cierras los ojos, respiras hondo y cuando el amanecer levanta tu mirada eres guiada hasta donde se yerguen las sonrisa. Aprisa…aprisa te escabulles bajo ella inflando cometas al aire que evocan la calma.

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