sábado, marzo 19, 2016

No te reflejas...

No te reflejas en un espejo. Sientes ganas de soñar  y que esos sueños te lleven a otra dimensión de tu transitar por la vida. Te miras y miras y no ves nada. Solo un cabello cano que va creciendo y creciendo. Posas tus manos sobre él, se quiebra y percibes la oscuridad de tu corazón. En otro tiempo, en otro espacio eras ave que sobrevolaba montes verdes donde los manantiales corrían como sangre tuya. Ahora, te sientes vieja y extasiada de tus singladuras por la vida. Solo te quedan esos instantes eternos de la memoria. Echas una sonrisa, recorres tus recuerdos como si fueran de ahora. Sí, ahora cuando la vejez y la soledad se embarcan en una misma canoa de noche sin luna. Ríes y ríes. Inspiras y espiras. Espiras e inspiras y un cierto placer da brío a tu ser. El espejo se recompone. Te vuelves a mirar y te ves…te ves sumergida en una danza de algas y caracolas en un amanecer donde tú te acercas y la llama de los océanos erupcionan en un canto eviterno. Ballenas vienen a ti y tú sobre ellas saltas hasta ser eco de la bóveda celeste. Eres tú, me digo. Hace tiempo que no te veía, has vuelto, has regresado a las esferas que condicionan tu destino. 

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